martes, 27 de agosto de 2013

La Desertificacion

Es un proceso de degradación ecológica en el que el suelo fértil y productivo pierde total o parcialmente el potencial de producción. Esto sucede como resultado de la destrucción de su cubierta vegetal, de la erosión del suelo y de la falta de agua; con frecuencia el ser humano favorece e incrementa este proceso como consecuencia de actividades como el cultivo y el pastoreo excesivos o la deforestación. Según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el 35% de la superficie de los continentes puede considerarse como áreas desérticas. Dentro de estos territorios sobreviven millones de personas en condiciones de persistente sequía y escasez de alimentos. Entre muchas cosas se considera que la expansión de estos desiertos se debe a acciones humanas.

La desertificación puede ser causa o efecto del proceso de aridización. Originalmente esto pasa en las zonas que son fértiles, donde se practica la agricultura secuencial. El aumento de la población obliga a una explotación intensiva del terreno hasta que se produzca su agotamiento. La segunda etapa comienza cuando el suelo deja de ser fértil y se encuentra despojada de su cubierta vegetal, el agua y el viento lo erosionan más rápido hasta llegar a la roca.
En la mayor parte de las zonas de cultivo el suelo se erosiona mucho más deprisa de lo que demora en formarse. Podrían necesitarse décadas o siglos para que el paisaje volviera a cubrirse de verde.










Recursos Naturales No Renovables

Son los que existen en cantidades fijas o bien que la tasa de regeneración es menor a la de explotación, ya que a medida que estos recursos se van utilizando, se van agotando hasta terminarse, como por ejemplo tenemos dentro de estos recursos, el petróleo que juega un rol fundamental en la economía, debido a que el sistema económico depende de la energía provista por el petróleo, así también se encuentran los minerales y el gas natural, metales y depósitos de agua subterránea.


Recursos Naturales Renovables

Son aquellos cuya existencia no se agota por la utilización de los mismos, ya que no modifica su stock o su estado, como por ejemplo la energía solar, energía eólica, hidraúlica, biotermal, bosques, agua, viento, peces, productos de agricultura, maderas, etc.  Además, porque se regeneran lo suficientemente rápido que pueden seguirse utilizando sin que se agoten como los peces, bosques, biomasa en general, etc.  Aunque este tipo de recursos naturales puede ya no ser renovable si se los utiliza en exceso, como la pesca excesiva que está llevando a que el número de ejemplares de algunas especies disminuya con el tiempo, ya que la tasa de explotación es mayor que la de regeneración, que es lo mismo que sucede con los bosques nativos.


Recursos Naturales

Se les llama recursos naturales a todos aquellos elementos que la naturaleza misma produce, mediante procesos físicos (como los  minerales), químicos (como los hidrocarburos) o biológicos (como los árboles), sin la intervención del ser humano, pero que sí puede ayudar en esos procesos por ejemplo, puede cultivar árboles. Dichos recursos naturales no tienen la cualidad intrínsica de ser recursos, sino que adquieren esa cualidad, porque potencial o actualmente son medios que pueden ser aprovechados por el hombre para satisfacer sus necesidades, y respecto a esas finalidades  los mismos son escasos y poseen por consiguiente, un valor económico.

Aparte de los recursos naturales, se encuentran los recursos humanos, los culturales, las maquinarias, los bienes inmuebles, etc., en donde claramente se puede ver que no son provistos por la naturaleza sin intervención humana, sino que son creados por el hombre.

Así mismo, los recursos naturales se clasifican en Renovables y No Renovables.

El Medio Ambiente en Guatemala

Realmente es una pena que tanto el ecosistema como la belleza física de tantas regiones de Guatemala sufran degradaciones o depredaciones innecesarias. Es una pena pero no un misterio. Tanto a nivel constitucional como legal se han establecido reglas y mecanismos que, necesariamente, conllevan ese tipo de consecuencias. 
Nuestra Constitución se ha interpretado, erróneamente, creo yo (puesto que contiene una clarísima disposición que obliga al Estado a indemnizar a los afectados en caso de expropiaciones forzosas), de tal modo que una persona puede ser privada, sin compensación alguna, del valor y los frutos de su propiedad cuando el motivo sea, qué paradoja, proteger el medio ambiente.  
Este es un lamentable error, si bien los enemigos de la propiedad privada piensan que han obtenido un enorme triunfo. En efecto, la Ley de Áreas Protegidas (“la LAP”) prevé que la declaración correspondiente recaiga sobre fundos de propiedad privada y, a continuación, declara dos cosas contradictorias: una, que el propietario conserva “plenamente” sus derechos y, otra, que debe manejar su propiedad de acuerdo con las normas aplicables al sistema de áreas protegidas.  Por consiguiente, por efecto de la declaración, al propietario le ocurren tres cosas: primero, se restringen los usos que pueda dar a su propiedad; segundo, queda obligado a administrar la propiedad de acuerdo con las reglas de la LAP; tercero, todo ello, sin compensación, indemnización o reparación alguna.  
Creo que no es difícil advertir que, en esas circunstancias, surgen incentivos de los conocidos como “perversos” para que casi todo salga mal. Quitando el caso de algún enamorado de la conservación del medio ambiente que, además, cuente con los recursos necesarios para cuidar de un área protegida pagándolo de su propio bolsillo, los demás propietarios tendrán razones más o menos poderosas para, en el mejor de los casos, descuidar su propiedad y dejarla en manos de terceros depredadores (puesto que nadie va a gastar dinero en proteger algo que no puede aprovechar) o, en el peor de los casos, depredar él mismo su propiedad antes de que lo hagan otros primero.  
El resultado ha sido y seguirá siendo el que todos, con pena y tristeza, observamos día a día: más y más extensiones deforestadas con la consiguiente cauda de fauna y flora que pierden su ecosistema.  ¿Qué pudiera hacerse?
No hace mucho se informó por las páginas de este diario que las autoridades competentes estiman que no se incauta ni el uno por ciento de la madera que se tala ilegalmente, subrayándose así que la solución actualmente en vigor ha sido un rotundo fracaso. No hay otra forma de enfrentar con algún éxito este problema que dándoles a los propietarios privados razones válidas; es decir, económicamente eficientes, para que “cuiden de su propiedad para beneficio de todos”.  Y esas razones pueden tomar diversas formas: indemnizaciones en efectivo, indemnizaciones pagadas con bonos emitidos por el Estado, permutar sus tierras por otras que sean de vocación pecuaria o agrícola, pagar una remuneración por sus servicios de guardabosques privados, entregar cupones negociables para  conseguir exoneraciones fiscales o, por supuesto, una mezcla de todas ellas. Eso, si quisiéramos conservar el medio ambiente.

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Que es el Medio Ambiente

Es todo lo que rodea a un ser vivo. Entorno que afecta y condiciona especialmente las circunstancias de vida de las personas o de la sociedad en su conjunto. Comprende el conjunto de valores naturales, sociales y culturales existentes en un lugar y en un momento determinado, que influyen en la vida del ser humano y en las generaciones venideras. Es decir, no se trata sólo del espacio en el que se desarrolla la vida, sino que también comprende seres vivos, objetos, aguasueloaire y las relaciones entre ellos, así como elementos tan intangibles como la cultura. El 5 de junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente.

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