martes, 29 de octubre de 2013

Contaminación en Guatemala

Contaminación en Guatemala


Los habitantes de la ciudad de Guatemala padecen diariamente la contaminación que provocan humos negros, ruidos fuertes y la destrucción del paisaje urbano, que afecta la convivencia de los vecinos y el ambiente donde se desenvuelven.
Miles de guatemaltecos se enfrentan al salir de sus hogares a factores contaminantes, tanto ambientales, visuales y auditivos que afectan su vida diaria.
La contaminación auditiva es uno de los problemas más serios. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el ser humano resiste normalmente 60 decibelios -unidad de medida del sonido- que son fácilmente alcanzados por el sonido hecho por dos personas platicando.
Según Eric Sierra, auxiliar jurídico de la Unidad de Medio Ambiente de la Procuraduría General de la Nación (PGN), con sólo que varios automóviles que bocinen al mismo tiempo se llega a los 300 decibelios, que equivalen al ruido producido por un jet de tres turbinas.
Sierra indicó que el mayor número de quejas que recibe la institución es por ruidos de iglesias que utilizan amplificadores y discotecas que no gradúan la magnitud de los sonidos que emiten.

Contaminación Visual


Los carteles, edificaciones y torres, entre otros, provocan que los paisajes se distorsionen y cambien su aspecto desagradablemente, agregó Sierra.
Las avenidas que más distorsionan la vista de peatones y conductores son, según Sierra, las calzadas Roosevelt y Aguilar Batres; también la calle José Milla y Vidaurre, así como la avenida Bolívar, que poseen gran cantidad de vallas.
La PGN señala que trata de conciliar los conflictos que surgen entre vecinos por ruido o por contaminación visual, y en caso de que el problema no sea mitigado, pueden ordenar el cierre de locales ruidosos o suspensión de obras que no cumplan con estudios de impacto ambiental.

Contaminación Atmosférica

Un informe de la Universidad Rafael Landívar menciona que la principal fuente de contaminación del aire en la ciudad es el parque automotor, pues los automóviles y autobuses emiten grandes cantidades de gases tóxicos, como el dióxido de nitrógeno (NO2) y el monóxido de carbono (CO) de los cuales el NO2 es el más venenoso.
El NO2 es un componente químico altamente agresivo, que contribuye a la formación de smog y lluvia ácida.




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